Los Azulejos de Veneguera
La naturaleza nunca hace nada superfluo, nada inútil, y sabe sacar múltiples efectos de una sola causa Nicolás Copérnico
Cuando circulamos por la GC200 hacía la Aldea de San Nicolás pasando el desvío a Veneguera nos encontramos a la derecha con el monumento natural de los Azulejos, las escarpadas laderas que parecen una paleta de pintor por sus diferentes tonos de amarillo, marrón y verde.
Los Azulejos son fruto de erupciones hidromagmáticas, es decir, que estas tonalidades son consecuencia de la mezcla del magma de una de las erupciones del volcán de Tejeda que se toparon con agua y se enfriaron y soldificaron a diferentes temperaturas.