Árbol en otoño


¿Por qué me sacudieron, torpes zopencos?
Cuando en dichosa ceguera estaba de pie:
Nunca un susto me sacudió más cruelmente
- ¡Mi sueño, mi sueño dorado se desvaneció!
 
Ustedes rinocerontes con trompas de elefante
Primero no se actúa con educación: ¡toc! ¿toc?
Asutado les tiré los cuencos
Frutos maduros de oro - a la cabeza.

 Friedrich Nietzsche

Entradas populares